Crónicas De Una Debacle Anunciada

El Debate Presidencial y la Decadencia de la Democracia

Esta situación en los Estados Unidos no es única y tiene un claro paralelo en Puerto Rico.
Foto extraída del internet
Me parece alarmante ver que los candidatos presidenciales en los Estados Unidos incluyen a un ex-presidente convicto y a un actual presidente que muestra signos de deterioro cognitivo. Esto plantea serias preguntas sobre la integridad y la capacidad del sistema político estadounidense para seleccionar líderes competentes y éticos. La democracia, en teoría, debería permitir la elección de los mejores y más brillantes para gobernar, pero en la práctica, parece estar fallando en este objetivo fundamental.

El comportamiento incoherente y la aparente fragilidad de Joe Biden durante el debate subraya otra realidad perturbadora: la figura presidencial puede ser simplemente una fachada. La imagen de un presidente que no está en pleno control de sus facultades mentales sugiere que el poder real puede residir en otros, detrás de bastidores.

El debate también pone de relieve una decadencia social más amplia. El ascenso de figuras polémicas como Donald Trump y la erosión del discurso político civilizado indican un deterioro en los valores y normas sociales. El nivel de debate público es bajo, y los líderes son seleccionados no por su competencia, sino por su capacidad de entretener y manipular, con la política convirtiéndose en un espectáculo mediático más que en un serio proceso deliberativo.

Desde una perspectiva práctica, esta situación refleja una parálisis institucional. Las instituciones que deberían filtrar y seleccionar líderes competentes están fallando, permitiendo que figuras inadecuadas lleguen al poder. Esta ineficacia puede conducir a una pérdida de confianza pública en el sistema democrático, un fenómeno peligrosamente cercano a lo que observamos en sociedades en declive histórico.

La permisividad hacia esta situación puede atribuirse a varios factores:

Medios de Comunicación y Entretenimiento: La transformación de la política en entretenimiento ha trivializado el proceso electoral. Los medios priorizan el espectáculo sobre el contenido sustancial, lo que permite que candidatos con habilidades mediáticas pero poca competencia política lleguen a posiciones de poder.

Polarización y Tribalismo: La creciente polarización política y el tribalismo han fomentado un entorno donde el electorado apoya a sus "héroes" políticos sin un análisis crítico de sus capacidades o ética.

Desigualdad Económica: La creciente desigualdad económica ha creado una desconexión entre la clase política y el ciudadano común. Los políticos, financiados por grandes intereses corporativos, a menudo no representan las verdaderas necesidades de la población.

Esta situación en los Estados Unidos no es única y tiene un claro paralelo en Puerto Rico. Aquí también enfrentamos problemas similares con nuestros líderes políticos, donde la corrupción, la incompetencia y la falta de integridad son comunes. Al igual que en Estados Unidos, la política en Puerto Rico se ha convertido en un espectáculo, donde la popularidad y la capacidad de manipular los medios prevalecen sobre la competencia y la ética. Este reflejo de nuestros propios problemas políticos subraya la necesidad urgente de reformas profundas.
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A pesar de estos desafíos, hay motivos para la esperanza y la acción. En Puerto Rico, la alianza entre el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) está emergiendo como un faro de cambio y renovación. Esta unión histórica representa un enfoque colaborativo y transparente que contrasta marcadamente con la actitud política tradicional de competencia obsesiva por ganar a cualquier costo.

La Alianza se centra en la integridad, la transparencia y el compromiso con el bienestar común. Agrupando a diversos sectores de Puerto Rico y dejando de lado las ideologías partidistas, priorizamos la competencia ética y la participación ciudadana activa, proponiendo un enfoque diferente a la política. Con líderes dedicados y una plataforma que promueve un sistema de salud equitativo, la seguridad, la educación, el desarrollo económico, el ambiente y la autosuficiencia alimentaria, esta alianza de país está demostrando que es posible construir un futuro más justo y prometedor.

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Nacido y criado en el barrio Clausells de Ponce, Puerto Rico, Ramón Rodríguez Ramos emergió como un líder natural desde su más tierna infancia. Graduado en Ciencias Políticas de la Universidad de Puerto Rico y medicina en la Universidad Central del Este, su trayectoria multifacética lo ha llevado a ocupar roles destacados en diversos campos. Con más de 43 años como médico primario y director médico de hospitales, su contribución en el sector de la salud es innegable. Además, su liderazgo comunitario lo ha llevado a dirigir el Consejo Comunitario de la Altura por una década, abarcando diez comunidades en Ponce, Adjuntas y Peñuelas. Como coanfitrión del podcast Radio Comunidad y miembro activo de VAMOS PR, sigue siendo una voz influyente en la construcción de un mejor Puerto Rico.
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